La exposición recoge una muestra fotográfica y audiovisual de las importantes investigaciones españolas sobre la Cultura Maya

 

 

 

El precedente de las intervenciones arqueológicas actuales se remonta al s. XVIII, cuando Carlos III impulsa la exploración de la ciudad en ruinas de Palenque (México).
En el s. XX, tras distintas investigaciones en territorio guatemalteco, los trabajos encontraron su continuidad en México, destacando las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en Oxkintok (1986-1991), una de las ciudades mayas más grandes e influyentes del norte de la península del Yucatán, ocupada desde el s. VI. a. C., cuya excavación se acompañó de un programa de consolidación de importantes conjuntos arquitectónicos, facilitando así su visita.

 

 

En Guatemala, de 1992 a 1996 tuvo lugar el importante proyecto de restauración arquitectónica del llamado Templo I “Gran Jaguar” de Tikal. Muy afectado en su conservación, las complejas intervenciones permitieron devolver la solidez a la construcción que acogiera los restos del Rey Jasaw Chan K’awiil I, a quien en 695 se le atribuye la derrota definitiva de la ciudad de Calakmul, la gran rival de Tikal. La exposición recrea esta estructura, de unos 45 m de altura, elaborada con piedra caliza, máximo exponente de la arquitectura precolombina en Guatemala y auténtico símbolo de la Cultura Maya.

 

 

Del s. XXI es el Proyecto Arqueológico La Blanca-Chilonché, desarrollado en la actualidad y desde 2004 en la cuenca del río Mopán (Petén, Guatemala), con la triple intención de emprender la investigación de los sitios mayas pertenecientes a la subcuenca del río Salsipuedes; conservar y poner en valor el patrimonio cultural y natural de estos asentamientos urbanos en un medio selvático con arquitectura monumental a los efectos de hacerlos visitables, y contribuir al desarrollo económico y social de las comunidades cercanas a los sitios arqueológicos mediante un proceso de rescate y gestión cultural de los recursos patrimoniales.

 

Valiéndose de una tecnología de vanguardia, las excavaciones extensivas en La Blanca y Chilonché han permitido sacar a la luz edificaciones palaciegas de gran calidad arquitectónica, como el Palacio de Oriente de La Blanca que posee la bóveda más ancha hasta ahora documentada en Petén o las excepcionales pinturas murales de la Acrópolis de Chilonché.