EL MARQ REALIZA LA REPLICA DEL RELIEVE VISIGODO
(Albufereta, Alicante)

 

El Marq ha realizado una copia fiel de una de las piezas más emblemáticas del cristianismo antiguo de la provincia de Alicante que será colocada en la sede del obispado Orihuela-Alicante en su sede de esta última ciudad.

 Las tareas para la obtención de la réplica, desarrolladas en el Laboratorio de Restauración del MARQ, han sido realizadas por las restauradoras Silvia Roca y Elena Santamarina, Antonio Chumillas como auxiliar de restauración y con la colaboración de Ana Rodríguez, en calidad de becaria de restauración.

El trabajo ha consistido en la confección de un molde en silicona líquida sobre el cual se virtió un preparado de resina de poliéster y polvo de mármol con el que se consiguió el positivo, prácticamente idéntico al original.
 

    

La pieza original:

Piedra arenisca
97 x 46 x 12 y 66 x 50 x 13 cm
Epoca visigoda
Siglo VII d. C.

Relieve de piedra arenisca decorada con simbología cristiana, hallado en la margen derecha del barranco de la zona húmeda de la Albufereta, junto al mar y a 3 km al norte del centro histórico de Alicante, junto al yacimiento del Tossal de Manises donde se erigió la ciudad romana de Lucentum.
La pieza tiene forma rectangular y muestra dos círculos tangentes. El borde exterior de la losa y círculos quedan remarcados por una línea incisa. El primero está compuesto, de fuera hacia adentro, por una circunferencia lisa, un rayado oblicuo o sogueado y una estrella o roseta de seis puntas, y entre ellas se distinguen figuras fusiformes talladas a bisel. El segundo, y siguiendo el mismo orden, está formado por una circunferencia lisa, un motivo circular en forma de corona de palma o laurel que encierra una cruz de brazos triangulares con los extremos cóncavos, y a los lados del brazo superior las letras “C” y “S”. Entre este círculo y el reborde de la losa, aparecen a los extremos las letras griegas “alfa”, mal trazada, y “omega”.
Actualmente la pieza está expuesta en la sala de Cultura romana y antigüedad tardía del MARQ.

Circunstancias del hallazgo:

Esta pieza, junto con otro relieve similar, aunque incompleto, se halló en las primeras décadas del siglo XX formando parte de la cubierta de una tumba de inicios de la Edad Media. (siglo VIII). Se trata por tanto de una reutilización de un elemento decorativo arquitectónico (friso o quizá cancel) que ornamentaría una basílica cristiana de época visigoda. Cabe destacar que en el mismo lugar se descubrió en la década de los años 20 del siglo pasado una cripta de sillería dentro de la cual se encontraba un sarcófago de piedra que es posible formara parte de la basílica de la que procedería el relieve.

Consideraciones históricas:

Placas con este tipo de decoración aparecen formando parte de frisos, canceles y mesas de altar, y con un patrón decorativo similar se documentan en distintos núcleos urbanos del SE peninsular enumerados en el Pacto de Teodomiro (acuerdo entre este noble visigodo y las tropas musulmanas que acababan de conquistar el reino cristiano) como son el Tolmo de Minateda (Hellín, Albacete), Cerro de la Almagra (Mula, Murcia) y Begastri (Cehegín, Murcia) lo que puede darnos a entender la existencia de uno o varios talleres áulicos que proveerían de material arquitectónico ornamental a ciudades principales favorecidas desde Toledo, la capital visigoda.
El relieve, la cripta mencionada y un enorme número de enterramientos tardoantiguos hallados en la misma zona indican que en la Albufereta de Alicante existió un núcleo de población con un importante espacio de culto cristiano de época visigoda, lo que también lleva a pensar que allí radicó la ciudad de Laqant mencionada en el Pacto de Teodomiro.

La simbología:

En cuanto al significado de los elementos presentes, la cruz es la propia de época visigoda, del tipo griego (cuatro brazos o astas de la misma longitud que se cortan perpendicularmente en su punto medio). Símbolo del cristianismo primitivo por excelencia, es el principal icono de la fe, puesto que en cruces murieron Jesucristo y numerosos mártires de los primeros siglos. Del mismo modo simboliza la relación entre el cielo y la tierra, así como los cuatro puntos cardinales, constituyendo el centro del equilibrio entre lo activo y lo pasivo. La cruz patada puede aparecer, como es éste el caso, con los signos “alfa” y “omega” colgando de sus brazos horizontales. Son éstas las letras apocalípticas (“Cristo como principio y fin de todas las cosas”) propias de los crismones (emblema signográfico de Cristo) y de raíz romano-bizantina.
Por otro lado, las rosetas muchas veces son resultado de la multiplicación de círculos secantes en placas de cancel visigodos, elementos siempre inscritos en círculos, figura geométrica que otorga un significado cósmico (“Cristo sol”), y asociadas a las ideas de equilibrio, armonía y justicia.

Manuel Olcina Domenech.

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