Rituales de pastores
Canibalismo y enterramientos en la Cova de Randero
(Pedreguer)
V-III milenio a.C

Sala interior y galería más profunda de la cueva.
EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
La exposición presenta los resultados de las investigaciones
realizadas entre 2007 y 2021 por un equipo de especialistas, en
el marco del Proyecto de Excavación Arqueológica de la Cova del Randero, en el que, a través del MARQ está implicada la Diputación de Alicante, en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Pedreguer.
Estos avances han convertido la Cova del Randero en uno de los yacimientos más relevantes del Este de la Península Ibérica para abordar la habitación en cueva del Neolítico Medio (entre el 4500 y el 4000 a.C.), así como la vertiente funeraria del Neolítico Final-Calcolítico (entre el 3500 y el 2700 a.C.), permitiendo reconstruir el modo de vida de grupos humanos que practicaban una economía de producción, cultivaban cereales y cuidaban rebaños, utilizando los diferentes espacios internos de la cueva para fines diversos.
UN REFUGIO PARA EL GANADO
En la segunda mitad del V milenio a.C. (Neolítico Medio), la Cova
del Randero fue utilizada como refugio por pequeños grupos de pastores para resguardar su ganado, principalmente ovejas y cabras. Trasladaban sus rebaños estacionalmente, entre las
zonas bajas y de media montaña, asegurando así su alimento.
Adaptaban los espacios de la cueva a sus necesidades, separando al ganado: la zona más externa para los adultos, la galería central para las hembras preñadas y recién nacidos, garantizando la reproducción y la producción de leche, mientras que el área más interna servía para el descanso de los pastores y para procesar la carne de los animales.
En ese ámbito interno se halló una fosa con un gran recipiente
cerámico de uso multifuncional: servía para cocinar distintos
preparados, perfumar el ambiente calentando plantas aromáticas, y actuar como depósito de fuego para iluminación.
UN ESPACIO PARA SUS MUERTOS
Entre el IV y III milenio a.C. (Neolítico Final-Calcolítico) se han
documentado restos óseos humanos cuyas dataciones por C14
confirman el uso del lugar como espacio de enterramiento,
dentro del fenómeno de la inhumación colectiva. Uno de los
hallazgos más destacados es el cráneo completo de un varón de entre 35 y 45 años, localizado en la galería más interna de la
cueva. Se encontró aislado, en una disposición inusual, protegido por piedras, y su datación (3400 a.C.) lo sitúa aproximadamente cuatro siglos antes que el resto de los enterramientos, considerándolo como un cráneo-reliquia.
La identificación de elementos de cierre en dos ámbitos internos de la cueva permitió una excepcional conservación de objetos vinculados al adorno de los difuntos y al ajuar que acompañaba los rituales funerarios. Entre ellos se incluyen cuentas de collar, colgantes, hachas, azuelas, cuchillos de sílex, vasos cerámicos, y un excelente conjunto de 17 puntas de flecha de sílex.



Hallazgo de una fosa con preparado en la base para calzar un
gran recipiente cerámico.

Hallazgo de un cráneo-reliquia en la galería más interna de la cueva.

Gran vasija cerámica que sirvió para cocinar, perfumar e iluminar.

Ajuares que formaban parte de los enterramientos:
colgante de hueso, punta de flecha y cuchillo elaborados en sílex.

Cráneo de varón de 35-45 años datado en 3400 a.C.
CANIBALISMO RITUAL
Relacionados con el uso ganadero del V milenio a.C. (Neolítico
Medio) se hallaron los restos óseos de dos niños, uno de
aproximadamente 7-8 años y otro recién nacido. Su estudio
antropológico y tafonómico reveló diversas marcas en la
superficie de los huesos, como cortes realizados con útiles de
sílex, fracturas para la extracción de la médula y mordeduras
humanas. Estas señales evidencian un tratamiento particular de
los cuerpos tras la muerte, sugiriendo la práctica del canibalismo
como un rito funerario vinculado al duelo. Este acto podría
haber sido una forma de expresar un gesto afectuoso, un
reconocimiento de la conexión con un ser querido o cercano,
cuyo lazo se deseaba preservar.


3- Marcas de corte realizadas con sílex vistas con microscopio.
4- Marca de diente humano vista mediante Microscopía Electrónica.
Mandíbula de niño de 7-8 años con distintas marcas en su superficie.

