Siglo xx

La Villa de Santa Pola tiene sus señas de identidad vinculadas al territorio. El mar, la sierra, la bahía, con sus playas y albufera, y el clima, han propiciado un desarrollo económico basado en el comercio, la pesca, la explotación salinera o el turismo. La sociedad, dinámica y emprendedora, hunde sus raíces en la cultura marinera, asociada a los oficios de la pesca, a una gastronomía singular que utiliza como base los productos del mar en guisos y arroces, y que utiliza el valenciano como medio de expresión.

 

Las manifestaciones religiosas y festivas giran en torno a la advocación a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, festividad que se celebra el 16 de julio. A la Virgen del Rosario, a cuya ermita se realiza una romería anual en el comienzo del verano, y a la Virgen del Loreto, patrona de la Villa.

 

En torno al 8 de septiembre, día de la festividad, se celebran los actos de las fiestas patronales y de Moros y cristianos, mientras que el 10 de diciembre se conmemora la Venida de la Virgen de Loreto por el mar. En todas ellas, encontramos elementos propios, como son los trajes populares de pescadores, los bailes tradicionales, y la música de dolçaina.

 

La música es la manifestación cultural por excelencia. Tiene su expresión en el Motete-Himno a la Virgen de Loreto, composición del Maestro Quislant, y que se interpreta el 8 de septiembre. La familia del Maestro Quislant y el Maestro Alfosea, conocido como el Mestre Castaño, y autor de la Plegaria a la Virgen de Loreto y de numerosos pasodobles, realizaron una importante labor de difusión de la música; y que tiene en la actualidad, como protagonistas, a todos los interpretes que participan en las distintas agrupaciones musicales y corales. La expresión de un espíritu amable, acogedor y genuino.