Vikingos y Omeyas. Las incursiones de los Hombres del Norte en Al- Andalus
Los vikingos alcanzaron las costas norteñas de la Península Ibérica a mediados del siglo IX a través de la llamada Ruta del Oeste, siguiendo las mismas corrientes atlánticas que les habían llevado hasta el sur de Inglaterra y la costa de Francia. A su llegada a la Península se encontraron un territorio dividido entre los Reinos Cristianos en el Norte y a la provincia de al-Andalus en el Sur. Los vikingos eran conocidos como lordomani o mayus siendo numerosos los ataques documentados aunque nunca se llegó a producir una colonización debido, posiblemente, a la fuerza del Emirato Cordobés.
Los ataques vikingos siempre fueron en lugares cercanos a la costa o penetrando escasamente hacia el interior a través de los grandes ríos. Entre los años 858 y 861, una expedición vikinga consiguió cruzar el estrecho de Gibraltar y durante tres largos años circularon por las costas mediterráneas del Levante peninsular, Francia e Italia, protagonizando numerosas incursiones y saqueos, como el ataque que durante semanas sufrió la ciudad de Orihuela, la conocida como madīna Uryūla, antigua capital musulmana de la Cora de Tudmir. Aunque los escritos sobre este ataque son claros y múltiples, la arqueología no ha conseguido aún desvelar sus misterios, lo que no nos impide imaginar lo que sus gentes debieron sentir al contemplar a la gran flota vikinga desplegada en la desembocadura del río Segura. Precisamente, la exposición muestra la cultura que encontraron los vikingos durante su breve estancia en nuestras tierras.