SALA ENRIQUE LLOBREGAT

 

MAR

La primera sala está dedicada a la vocación marítima de Dénia. Desde la Protohistoria y la Antigüedad Clásica, el núcleo urbano se materializa como soporte de un puerto. El puerto que hace a la ciudad. Punto de encuentro, de llegada y de partida, fuente de recursos, un ente urbano en diálogo constante y permanente con  el Mediterráneo, que lo convierte en epicentro de los acontecimientos que se suceden en la ciudad y en el territorio a lo largo de su dilatada historia.

Nos da la bienvenida un laúd, un barco pesquero tradicional hecho con maestría por nuestros calafates, un barquito de tradición milenaria, uno de los elementos más característicos de la cultura marinera de Dénia y estampa genuina del puerto decimonónico. El suelo evoca un mar en movimiento, con tonalidades azuladas y cambiantes en el que se exponen objetos producto de la relación que desarrollaron nuestras sociedades del pasado con el mar. Así, la colección de conchas del Alt de Benimaquia o las ánforas de vino y aceite llegadas de todos los confines de Roma, además de las pruebas materiales del primitivo cristianismo que, como casi todo en la ciudad, llegaron por mar. Se exhibe el conjunto de bronces más importante del Occidente reunido por primera vez para su exhibición al público con motivo de la presente exposición. Además, destaca también un tesoro y ricas colecciones cerámicas medievales procedentes de naves hundidas o las más representativas del mar y el puerto de los Austria. O los objetos de la Dénia contemporánea relacionados con la industria de la pasa, su largo viaje por mar y las relaciones internacionales que propició.

Piezas destacadas