PIEZA DEL MES

UN CONJUNTO DE HUELLAS IMPRESAS DEL TOSSAL DE MANISES

 

El estudio de al menos 18 huellas impresas, aparecidas durante las excavaciones arqueológicas efectuadas junto a la puerta occidental del recinto cívico en la calle del Foro de la ciudad romana de Lucentum durante la campaña de 1998, ha brindado una posibilidad de recreación de la vida en la ciudad a finales del siglo I de nuestra Era, hecho de difícil oportunidad que se convierte en un documento único. Este conglomerado está expuesto en la Sala de la Cultura Romana del MARQ. Un molde se ha colocado en el lugar preciso de su descubrimiento en Lucentum.

Fue en el transcurso de las excavaciones, centradas en la calle del Foro, cuando, tras la extracción del piso de la calle, en el sector próximo a su puerta occidental, se encontró este conjunto de huellas fosilizadas o icnitas, fechadas en el último cuarto del siglo I después de JC. La sistemática obtención de un molde duradero, propició un análisis concienzudo que permitió determinar las especies o icnotaxones que allí depositaron su impronta. Estas icnitas, se grabaron en el lapso de un corto espacio temporal sobre el sustrato preparado como capa de tierra previa a la fabricación del piso de la calle, en el mismo lugar de acceso a la puerta del Foro de la ciudad. La hipótesis es que se produjo una lluvia repentina de cierta intensidad, hecho determinante de la formación de las huellas. El meteoro, lodificó el sustrato basal, ocasionando el súbito abandono de los operarios de esta obra pública y el paso presuroso de gentes y animales por el lugar. Se trata de un raro fenómeno, un momento congelado en el tiempo que relata el ajetreo de la vida cotidiana de una ciudad romana que llega a nosotros a través de este rastro sellado e indeleble. Es un verdadero hallazgo serendípico, justificado por la grabación inmediata ya que de haberse expuesto a la intemperie durante un lapso largo de tiempo, la huella no podría haberse conservado.

La aplicación de una metodología concreta, basada en la morfología de la huella, las mediciones intra e interespecíficas en el contexto y la estimación de la profundidad de la huella, ha permitido resolver el movimiento de los actores participantes y distinguir tres situaciones concretas en el tiempo en que suceden las escenas.

La primera, muestra a hombre y animales –oveja ó cabra y perro- en marcha opuesta al centro administrativo y religioso de la ciudad.

 

La segunda, plantea el desarrollo de la acción de una persona joven acompañada de animales –oveja ó cabra y perro-, en carrera hacia la puerta occidental del Foro, como indica la reconstrucción gráfica. A modo de hipótesis, se puede suponer que la proximidad al muro de la calle de las huellas en un día lluvioso es una inclinación lógica en evitación del agua persistente.

Se puede sugerir una tercera escena de una persona –un niño- que entra presuroso al umbral de una puerta de una de las viviendas adyacentes a la calle, y una cuarta de varias personas que se dirigen hacia el suroeste a través de la calle del Foro y que andan con precaución a causa del barro existente, aunque no posibilita una interpretación dinámica excesivamente ajustada, simplemente corresponden a huellas humanas que parecen evitar en lo posible el barro de la calle en esos momentos.

Por lo tanto, la acción transcurre cuando los operarios que están pavimentando la calle la abandonan por el arrecio de la lluvia, las gentes y animales transitan en un primer intervalo de debilitamiento del meteoro o corren simplemente al refugio de un recrudecimiento del mismo en el siguiente intervalo.

Las huellas humanas parecen representar un calzado determinado tipo solea o sandalia característica de la época. Es una suela sin huella, sin dibujo en la planta o elementos de refuerzo.

Este hecho azaroso es excepcional al ser escasos los vestigios del pasado que ofrecen esta oportunidad única de indagación, lejos de la cultura material mueble y de las estructuras constructivas.

       

 


Miguel Benito Iborra
MARQ