Ídolo - Colgante Ancoriforme

Cova de la Barcella, (Torremanzanas)Hueso38 x 13 x 3 mmCalcolíticoPrimer mitad del III milenio a.C.

 

 

La pieza que se presenta es una de las mas singulares de los fondos que, de la Prehistoria, recoge el MARQ. Forma parte del Museo desde sus inicios. Siendo sacerdote en Torremanzanas, José Belda Dominguez, excavó en la Cova de la Barcella en 1928 y 1929. Trasladado a Alicante, en 1931 cedió a la Comisión Provincial de Monumentos todos los materiales obtenidos en el transcurso de la excavación de la cavidad para su muestra en la exposición inaugural del Museo Arqueológico Provincial de Alicante.

 

Recortado en una fina placa de hueso de sección rectangular se representa la figura humana de modo que recuerda la forma de una áncora. La parte superior o cabeza destacada en anchura y perforada, el cuerpo alargado y estrecho, y las 4 extremidades: de las superiores sólo su esbozo a modo de apéndices y las inferiores (una de ellas fracturada) curvadas hacia arriba, buscando el cuerpo en sus extremos.

 

Con esta forma y naturaleza solamente se conoce otra pieza en el conjunto también calcolítico y de inhumación múltiple de la cueva de los Blanquizares de Lébor de Totana, Murcia, (ARRIBAS, 1953, Fig. 49: 6). Como motivo, el ídolo ancoriforme está presente en el repertorio rupestre de figuras del Arte Esquemático, siendo muestra de ello las representaciones que se observan en el Abric VI del Barranc de El Salt de Penáguila (HERNÁNDEZ, FERRER y CATALÁ, 1988, 50).

 

Belda encontró la pieza en lo que consignó como nivel inferior del yacimiento (BELDA, 1929), donde los restos humanos se acompañaban de láminas y puntas de flecha en sílex, hachas y azuelas pulimentadas, colgantes y cuentas de diversa naturaleza, punzones y varillas planas en hueso, ídolos planos en hueso, elementos en cobre y vasijas cerámicas. Ese contexto es el que permite considerar que esta pieza, por su perforación concebida para ser portada, debió lucirla un muerto cuando se depositó su cadáver en la cueva, en un tiempo, la primera mitad del III milenio a.C., en el que esa práctica funeraria era un hecho común.

 


Jorge A. Soler Díaz
Conservador de Prehistoria
MARQ

 

Bibliografía:


ARRIBAS PALAU, A. (1953) El ajuar de las cuevas sepulcrales de Blanquizares de Lébor (Murcia). Memorias de los Museos Arqueológicos Pronciales, XIV, pp. 78-126.

BELDA DOMÍNGUEZ, J. (1929) Excavaciones en el Monte de la Barsella. Término de Torremanzanas (Alicante). Memorias de la J.S.E.A., nº 100, Madrid.

BORREGO, M., SALA, F. y TRELIS, J. (1992) La "Cova de la Barcella", (Torremanzanas, Alicante). Serie Catálogo de Fondos del Museo Arqueológico Provincial, IV, Alicante.

CUADRADO RUIZ, J. (1930) El yacimiento eneolítico de los Blanquizares de Lébor, en la provincia de Murcia. Archivo Español de Arqueologia, 16, 30

HERNÁNDEZ M.S., FERRER P. y CATALÁ, E. (1988) Arte Rupestre en Alicante, Alicante, 1988.

SOLER DÍAZ, J.A. (2002). Cuevas de inhumación múltiple en la Comunidad Valenciana. Bibliotheca Archeologica Hispana, 17 – MARQ. Serie Mayor 2. Real Academia de la Historia – Diputación de Alicante, Madrid – Alicante. 

 

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